La Importancia del Descanso en un Mundo que Nunca Duerme
- Angie Romo.
- 1 ago 2024
- 3 Min. de lectura

Vivimos en una era en la que el descanso parece haber perdido su valor. Nos encontramos atrapados en la cultura del "siempre activo", donde el descanso se ve como una debilidad y el agotamiento como una medalla de honor.
Sin embargo, al mirar hacia las enseñanzas de la fe, encontramos que el descanso no solo es necesario, sino sagrado.
Dios mismo, después de crear el mundo en seis días, descansó en el séptimo día (Génesis 2, 2). Este acto no fue porque necesitara recuperarse, sino como un ejemplo para nosotros, subrayando la importancia de tomar un tiempo para detenernos, reflexionar, y restaurarnos.
Este descanso se convierte en un acto de fe, donde reconocemos nuestras limitaciones humanas y nos abandonamos al cuidado amoroso de nuestro Creador, confiando en que Él guía nuestros pasos, aún cuando nosotros nos detenemos para restaurar nuestras fuerzas.
Cuando ignoramos la necesidad de descansar, estamos diciendo, aunque sea de manera implícita, que nuestra valía está atada a nuestra productividad, que nuestro valor depende de cuánto hacemos y no de quiénes somos en nuestra esencia.
Pero en los momentos de descanso, podemos reconectar con lo que realmente importa: nuestra relación con Dios, con nosotros mismos, y con los seres queridos que nos rodean.
El descanso es es confiar en que no todo depende de nosotros, que hay un tiempo para trabajar y un tiempo para detenerse, sabiendo que Dios tiene el control. Nos recuerda que somos seres limitados, necesitados de sueño, de tranquilidad, de silencio. Nos invita a soltar las preocupaciones, aunque sea por un momento, y a encontrar paz en la quietud.
El Descanso como Herramienta para Servir Mejor

El descanso no solo es esencial para nuestra salud y bienestar personal, sino que es un medio para prepararnos para servir mejor en los apostolados y en las obras de caridad que realizamos.
Al descansar, renovamos nuestras fuerzas físicas y espirituales, permitiéndonos ofrecer lo mejor de nosotros mismos en el servicio a los demás.
Jesús mismo se retiraba a lugares solitarios para descansar y orar (Marcos 6, 31), mostrándonos que el descanso nos prepara para continuar con nuestra misión.
Cuando descansamos adecuadamente, nuestro cuerpo y mente se restauran, y podemos acercarnos a nuestros apostolados con una actitud renovada y un espíritu dispuesto a dar con generosidad.
En el agotamiento, corremos el riesgo de perder el gozo del servicio, de ver nuestras responsabilidades como una carga en lugar de una oportunidad para amar. El descanso nos permite reenfocar nuestra intención, recordando que nuestro trabajo no es solo una tarea, sino una manera de glorificar a Dios.
El descanso, entonces, se convierte en una forma de poner nuestras vidas al servicio de Dios de manera más efectiva y amorosa. Al cuidar de nosotros mismos, estamos cuidando también del don que Dios nos ha dado, para que podamos continuar sirviendo con alegría y generosidad en nuestros apostolados, familias y comunidades.
TOMA NOTA!
Te invito a que reflexiones sobre cómo estás manejando tu tiempo de descanso.
¿Lo ves como un lujo o como una necesidad sagrada para servir mejor?
¿Permites que tu cuerpo y mente se recuperen del ajetreo diario, o sientes culpa por no estar siempre "haciendo algo"?
Haz del descanso una parte intencional de tu vida, un tiempo para desconectar del ruido exterior y reconectar con lo más profundo de tu ser, preparándote para servir a los demás con un corazón lleno de amor y energía renovada.
Recuerda que, al igual que cualquier otro aspecto de la vida, el descanso es un regalo. Aceptarlo con gratitud y reverencia es una manera de cuidar de ti mismo, honrar a Dios, y estar más presente y renovado para servir a los demás en los apostolados y obras a las que estás llamado.
Que encuentres en el descanso la fuerza y la paz que necesitas para continuar con tu camino, sabiendo que en la quietud también se manifiesta la gracia divina, y que, con energías restauradas, podrás poner al servicio de Dios y de los demás todo tu ser, lleno de amor, gozo y dedicación.
"Él les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer". -Marcos 6,31
Σχόλια